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Voy a tomarme la píldora de este mes, pero antes voy a leer el prospecto: “Tomar con una buena dosis de atención plena, diluida en bastante agua. Tomar con una comida sana y preferiblemente después de hacer ejercicio”.

Casi todo lo entiendo menos la dosis de atención plena.  

La atención plena es un estado de la persona que implica prestar atención de manera consciente a la experiencia propia de vivir momento a momento. AQUÍ Y AHORA.

Cuando tengo Tourette o convivo con él, me cuesta mucho estar aquí y ahora. Me pongo a rumiar sobre lo que pasó esta mañana, ayer, o hace un mes. O me pongo a anticipar todos los “ysis” del futuro (¿y si no soy capaz? ¿y si no lo consigo? ¿y si vuelve a pasar?).

La atención plena es un arte.  Es como cultivar una planta.  Con paciencia, dándole el tiempo que le corresponde para crecer. Mimándola. Sólo así, cultivando el silencio, viviendo el momento, puedo entrar en una de las grandes aventuras de la vida: la escucha.

Si la mente no calla, no puedo escucharme. Si la mente va a dos mil por hora, cuando otros me hablan, no estoy más que pensando en lo que les voy a responder. Tampoco puedo escucharlos.

Cuando estás presente en el AQUÍ y el AHORA, te sientes más poderoso y ayudas a los demás a que se sientan así también. ¿Por qué? Porque se sientes escuchados.

¿Escucho a mi Tourette? ¿Realmente lo escucho? ¿Escucho a mi hijo, mi hermana con Tourette? ¿Realmente lo escucho? ¿Cómo puedo confiar en mi mismo, o en mi hijo con Tourette si no estoy escuchando?

La escucha genera confianza y sólo si estoy presente – AQUÍ y AHORA – puedo escuchar y permitir que el otro pueda confiar en mi.

Y hay unos requisitos que debo practicar si quiero aprender a escuchar:

o desear comprender lo que estoy escuchando
o dejar de juzgar a pesar de cómo me sienta
o superar el miedo a los silencios, a las pausas
o resistirme al impulso de hacer lo que mejor se nos da: predicar

Al renunciar a querer hablar y que mi hija, mi hermano, me escuche, tomo más control sobre la situación ¿por qué?

o porque confía en mi.
o porque adquiero información útil (lo que piensa, lo que siente, …)
o porque empiezo a verle como el ser humano que es, no como el estereotipo que he formado en mi mente.
o porque busco y encuentro soluciones que él o ella esté dispuesto a aceptar y adoptar.
o y, sobre todo, porque cuando alguien se siente escuchado, está más dispuesto a escuchar.

Esta píldora de la escucha no garantiza ningún resultado. Pero el reto del AQUÍ y el AHORA consiste en parte en aceptar la posibilidad de la llevarte una decepción y, … ¡de no permitir que esto te haga tirar la toalla! Él, ella, cuenta contigo.

“Cuando hablas, sólo repites lo que ya sabes; pero cuando escuchas, quizá aprendas algo nuevo”
Dalai Lama

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