¿Sabes que el Síndrome de Tourette no es igual para todos?


Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos titulado “Prevalencia del diagnóstico del Síndrome de Gilles de la Tourette en niños de los Estados Unidos” afirma que el 79% de los niños que reciben el diagnóstico de Síndrome de Tourette, también ha recibido el diagnóstico de al menos una afección adicional psíquica, comportamental o evolutiva, como:

  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), 64%
  • Problemas comportamentales o de conducta, 43%
  • Ansiedad, 40%
  • Depresión, 36%
  • Retrasos del desarrollo que afectan la capacidad de aprendizaje, 28%.
  • Más de un tercio de las personas con Síndrome de Tourette también padecen de trastornos obsesivo compulsivos (TOC)

Grados del Síndrome de Tourette

Una de las características del Síndrome de Tourette es su heterogeneidad, existen diferentes niveles de presentación clínica: Tourette puro, Tourette completo y Tourette plus.

En el Síndrome de Tourette puro aparecen sólo tics, que pueden ser motores, como guiñar los ojos, mover la boca, elevar un hombro, etc., o fónicos, tales como el carraspeo, gruñidos, sonidos con la lengua, etcétera, y con cierta frecuencia presentan también signos de hiperactividad.

El Síndrome de Tourette completo presenta mayor complejidad. Además de los tics, se manifiestan la ecolalia (repetición de palabras o sílabas) y/o coprolalia (uso de palabras malsonantes), que conduce a problemas sociales y laborales.

Por último, el Síndrome de Tourette plus, presenta síntomas psíquicos, tales como la irritabilidad, la obsesión, la ansiedad, incluso automutilaciones o verdaderos trastornos de bipolaridad (depresión-exaltación). Las personas que lo padecen pueden ser anímicamente frágiles y estar expuestas a sufrir ludopatías o drogadicción.