Lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos… A lo largo de muchos meses hemos hablado de cómo nuestros pensamientos interactúan con lo que sentimos y lo que hacemos, de manera que unas veces la cosa empieza en un pensamiento, otras en una emoción y otras parte de una acción que nos lleva a pensar y sentir.

En toda esta amalgama hay un factor muy interesante y al que no solemos prestar atención: el lenguaje.

El lenguaje no es sólo lo que decimos; también qué palabras utilizamos y sobre todo nuestro lenguaje corporal, en el quizá podríamos incluir el volumen, el tono, el timbre, la intensidad, etc. Todos estas características de la voz se articulan a través de los movimientos de los órganos del aparato fonador y así formar las palabras y ayudarnos a expresar qué es lo que pasa en nuestro interior.

Por supuesto, todo esto sucede de unas manera inconsciente; por eso hoy la píldora nos invita a prestar atención, a darnos cuenta de cómo es nuestro lenguaje.

Me tomo la píldora y empiezo a ser consciente de qué me pasa cuando hablo conmigo mismo o con los demás. Puede que a veces el lenguaje sea duro (sobre todo en mis diálogos interiores). Puede que en ocasiones no controle lo que estoy diciendo, porque me he dejado llevar por un estado emocional alterado. Y también cuando estoy contento, eufórico puede que me extralimite en lo que hablo.

El prospecto de la píldora dice que debo tomármela en varias ocasiones:

 • En el momento en que mis pensamientos se conviertan en rumiaciones interiores. Parar, respirar y darme cuenta no sólo lo que me estoy diciendo, sino cómo lo estoy haciendo.

 • Antes de entrar en conversaciones delicadas con otras personas, sobre todo si es mi familiar Tourette. Parar, respirar y dándome cuenta de realmente qué necesito decir y medir las consecuencias de mis palabras.

Añade que tome todos los días una dosis de refuerzo: parar, respirar y observar mi lenguaje verbal y corporal. Ayudándome de mi cuerpo para ver lo que pienso, lo que siento y qué zona se activa en el momento en el que me encuentro.

Practicando con asiduidad podré encontrar la mejor manera de convivir conmigo mismo y con los demás.

“Un lenguaje diferente es una visión diferente de la vida” (Federico Fellini, director de cine)